Son ya muchas las ocasiones en que hemos hablado de calles,
en que hemos insistido en que éstas (así como las plazas, los parques y la
ciudad, en general) deben estar pensadas para que las personas paseen,
jueguen, se reúnan y mantengan la relación social para la que fueron
tradicionalmente concebidas. Innumerables veces, nos hemos parado a mirar –que no
solo ver- los múltiples elementos que las integran: los árboles, el mobiliario
urbano, los carriles especiales, las aceras y calzadas... En definitiva, un
cúmulo de pequeñas piezas que no nos cansaremos de unir y combinar para
devolver a la ciudad el carácter humano que merece.
Hoy éramos 150. Y he aquí el resultado: calles, callejones,
avenidas, paseos, pasajes, bulevares, ramblas, rondas, correderas, travesías, carreras,
viales y costanillas. Todo eso, en un solo día. Estamos agotados, pero ha
valido la pena.
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