Las ciudades nacen, crecen y se reproducen, muchas veces
condicionadas por la propia evolución de sus ciudadanos que, mediante sus
trifulcas históricas, sus necesidades de alojamiento y sus condiciones
sanitarias laborales, moldean los espacios casi sin darse cuenta. Las ciudades,
como recipientes de las vidas de sus habitantes, son espectadoras de la
construcción de murallas, de ataques enemigos, de esplendor, de degradación, de
derribo de los mismos muros y de ampliación de sus límites. Son, al fin y al
cabo, las que nos permiten contar nuestra historia. Porque, como ya hemos dicho
en otras ocasiones, somos los lugares donde vivimos.
C/ Unió de Palma en 1950 (Fuente: fotosantiguasdemallorca.blogspot.com)
Y en un intento de reproducir esta narración fantástica, los
participantes de Pop up city! hicieron surgir de la nada los edificios que
quizás -quién sabe- formen parte algún día de sus propias ciudades de colores.
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