jueves, 7 de junio de 2012

Imagina Alcudia. 5 de junio

El pasado martes, la biblioteca Ca'n Torró de Alcudia se convirtió en el campo de trabajo de 13 pequeños ciudadanos que, como volvimos a comprobar, tienen las ideas muy claras en lo que a su territorio se refiere.

Debemos confesar que, tras una larga charla sobre sostenibilidad, parques, paseos, plazas públicas y edificios de reunión, nos quedamos boquiabiertos ante los primeros trazos de pintura en la maqueta: tres carreteras enormes cruzando el pueblo de lado a lado, sin pasos de peatones, ni vegetación, ni carriles bici, ni posibilidad alguna de relación. Y esto nos lleva a la siguiente reflexión: En general, la primera respuesta de los niños al diseño urbano, aún cuando se les da total libertad y se les anima a inventar una ciudad para ellos, es reproducir lo que prima en su entorno, aquello que destaca y que de algún modo se impone al resto de elementos que les rodean. De manera inconsciente, dejan constancia de la prevalencia del automóvil en nuestras ciudades, de cómo, a pesar de vivir en un pueblo donde la práctica totalidad de las calles es peatonal, la primera imagen que les viene a la mente es la del asfalto. La pregunta, entonces, es ¿cómo cambiar esa percepción? ¿Cómo devolverles su visión de niños, de plazas, de pelotas, de patinetes? ¿Cómo, en definitiva, recuperar las ciudades humanizadas de antaño donde los coches eran elementos secundarios? 



Mientras pensamos en ello, seguiremos animándoles a coger pinturas de colores e inundar las carreteras de hierba, flores y mariposas. 

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