Siguiendo con nuestro programa de visitas a los barrios de Palma, recorrimos las calles de Santa Catalina, primer núcleo extramuros de la ciudad (1896). Entre viviendas molineras, nos laman la atención algunos edificios modernistas, los enormes grafittis de hombres melenudos y la tranquilidad de las zonas peatonales de Es Jonquet.
Entramos en el mercado y nos concentramos en trazar un mapa de sonidos y olores. Con los ojos vendados, pasamos por puestos de pescado, verduras, pan y comidas preparadas y entrenamos nuestra capacidad de imaginar espacios a partir de cómo suenan o a qué huelen.
Poco a poco, vamos elaborando nuestra singular guía turística.
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