miércoles, 10 de julio de 2013

Jornada Internacional Infancia y espacio público, Barcelona

El pasado fin de semana, tuvimos la oportunidad de asistir a la jornada internacional “Infancia y espacio público: un diálogo entre arte, educación y espacio urbano”, organizada por la asociación de maestros Rosa Sensat y Urbanitas Berlín – Barcelona.

Los diferentes puntos de vista expuestos en las ponencias supusieron un estímulo para contrastar nuestra visión sobre el espacio colectivo (basada esencialmente en el criterio de arquitectos y urbanistas) con la de antropólogos, pedagogos, artistas, sociólogos, historiadores, profesores y estudiantes. En común, la preocupación por analizar la ciudad desde el punto de vista de los niños, uno de los colectivos con más dificultades en el uso habitual y cotidiano del espacio público.

En las generaciones previas a los años 50, jugar en la calle, ir al colegio, reunirse en las plazas, visitar los parques o embarcarse en aventuras urbanas imaginarias no se consideraba una actividad de riesgo. Hoy, lo habitual es encontrar plazas con carteles que prohíben jugar al balón, calles tiranizadas por vehículos privados y espacios especializados para el uso de los niños, generalmente pequeños parques vallados, de fácil vigilancia y estrictamente homologados. Sin duda, esta necesidad de control –que consideramos a todas luces un retroceso-  se debe al continuo proceso de deshumanización que sufren las ciudades desde mediados del siglo pasado, provocada en gran medida por la irrupción masiva del coche, que ha ido convirtiéndose en el principal protagonista del espacio público. Esto, unido al cambio del modelo compacto tradicional por una organización urbana expansiva y difusa, nos ha llevado a la ciudad en la que hoy vivimos: una mezcla de espacios impersonales donde priman la velocidad y el consumo, que fomenta los procesos de segregación a todas las escalas.

Frente este panorama, citas como la del dramaturgo alemán Bertolt Brencht parecen animarnos al compromiso de transformación de las ciudades en lugares más justos y sanos:


No aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar.

De nuevo, el encuentro con profesionales de diferentes ámbitos se convierte en un foro donde coger aliento y contrastar nuestra preocupación y entusiasmo por cambiar las cosas.

Muchas gracias a los organizadores y a todos los participantes por todo lo que allí pudimos compartir. 

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