jueves, 26 de enero de 2012

La comunidad del colegio Santa Mónica

Estaremos todos de acuerdo en que la buena arquitectura es aquella que, entre otras cosas, nos sorprende de algún modo. Todos, independientemente de nuestra profesión, edad o estilo de vida, apreciamos tener la oportunidad de descubrir algo fascinante detrás de cada esquina: un espacio escondido, una entrada de luz que no esperábamos, el dibujo misterioso de una sombra o un pasaje que nos revela un recorrido urbano insospechado.

Edificio Habitat 67 (Moshe Safdie) Montreal, 1967

Durante el mes de enero, los alumnos de cuarto curso de primaria del colegio Santa Mónica han discurrido sobre las distintas maneras de configurar una vivienda, tomando como punto de partida quiénes serán sus moradores y qué espacios necesitarán para desarrollar cómodamente su vida cotidiana. 


Tras este laborioso análisis, las cuarenta casas construidas han pasado a conformar una gran comunidad de vecinos, donde cada uno encuentra una vivienda perfectamente adaptada a sus necesidades y en la que patios, balcones, terrazas, porches, pasajes y ventanas imposibles consiguen que nos adentremos en el edificio en busca de rincones inesperados que nos recuerden que, en el fondo, todavía somos todos niños.


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